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La dirección tecnológica en la empresa

Hoy en día se ha de ser consciente de la importancia de la información que se maneja diariamente en nuestro negocio. Para poder valorar dicha información, bastaría con pensar en la situación en que nos encontraríamos si mañana, al llegar a la oficina, tuviéramos que trabajar sin los sistemas informáticos.

Los sistemas informáticos de la empresa se han convertido en una herramienta de trabajo indispensable. Como parte fundamental en el día a día del negocio, los sistemas informáticos requieren de personal cualificado para que su aprovechamiento dentro de la cadena de valor de nuestro negocio sea óptimo.

Pero este mantenimiento y optimización de recursos tecnológicos no es trivial aunque pueda parecerlo. En muchas ocasiones el perfil del responsable de informática no es técnico, quedando en manos de perfiles que “históricamente” han desempeñado este papel. El más “raro” del despacho, un director financiero controlador o el propio CEO suelen convertirse, en muchas ocasiones, en los responsables tecnológicos de las empresas. Pero no son los perfiles más adecuados al igual que un informático no es el perfil más adecuado para llevar a cabo la planificación financiera de la empresa.

¿Qué se espera de una dirección informática?

En el sector tecnológico han cambiado muchas cosas en los últimos años pero lo más importante es que seguirán cambiando en el futuro. Un director de informática ha de estar al día de estos avances y debe de plantearse si podrían aportar mejoras en la empresa de la que es responsable.

Factores internos

Como responsables técnológicos de la empresa, hemos de comprender nuestros procesos de negocio y conocer su cadena de valor. Ello implica la identificación de los factores críticos o puntos clave donde la tecnología no puede fallar. En estos eslabones fundamentales, hemos de tener siempre preparados sistemas redundantes o de recuperación relativamente rápidos. La idea principal es que el negocio no se puede detener y un fallo crítico en el sistema informático podría derivar en pérdidas considerables en ingresos y reputación para la empresa.

Un ejemplo sencillo de esta situación se da en empresas donde la conexión a Internet sea un aspecto fundamental en su trabajo. Si ese es el caso, estas empresas deberían de contar con un mínimo de dos proveedores de acceso y, en la medida de lo posible, empleando tecnología de conexión diferente. De este modo, una caída de la conexión principal sería rápidamente solventada con la conexión de respaldo para que el negocio continuara trabajando mientras se repara la avería.

Por consiguiente, la dirección tecnológica ha de conocer el negocio internamente.

Factores externos

Otro aspecto fundamental es el conocimiento general del sector tecnológico, sus productos, servicios y los actores más representativos. Hemos de evaluar estos avances en el sector en términos de inversión y beneficio para nuestra empresa y hemos de ser capaces de integrar en el negocio aquellos productos o servicios que aumenten la competitividad de la empresa.

Ejemplos de esta situación podrían ser las herramientas ofimáticas que, tanto Google como Microsoft, ofrecen hoy en día. Estas herramientas permiten convertir una oficina tradicional en una oficina distribuida y accesible desde cualquier dispositivo, con una simple conexión a Internet.

Evidentemente no afirmamos que haya que hacerlo en todos los negocios pero, si actuamos como una dirección tecnológica, debemos conocer este tipo de herramientas y decidir si debemos aplicar o no aplicar este tipo de avance en nuestro negocio.

Por consiguiente, la dirección tecnológica ha de estar al corriente de avances, novedades y tendencias en el sector de la tecnología.

¿Quién puede desempeñar la dirección tecnológica?

Podría parecer que este tipo de perfiles es algo exclusivo de grandes corporaciones pero la idea no es totalmente correcta. Hoy en día, toda empresa debe tener una dirección tecnológica que puede ser más o menos apropiada. El hecho de que dicho perfil esté o no en plantilla depende de muy diversos factores.

Es evidente que una gran empresa necesita una dirección tecnológica en plantilla puesto que tiene suficiente trabajo como para estar todo el día dedicada a ello. Por el contrario, en las pequeñas y medianas empresas, es más que probable que el negocio no requiera de una dirección interna. En principio, se trata de empresas donde este tipo de perfil no requiere una dedicación exclusiva. Además, si la filosofía de recursos humanos pasa por no sobrecargar los costes estructurales, la dirección tecnología es algo fácilmente externalizable ya que las tareas no suelen requerir trabajos en la propia empresa. Es en esta ocasión donde una dirección externa que asesore y lleve a cabo estas tareas es una opción más que razonable y hasta asequible.

Lo único que necesitamos para tener una dirección tecnológica con garantías es saber que esta persona o empresa mirará por nuestro negocio como si fuéramos nosotros mismos. Utilizará la tecnología para que nuestro negocio funcione de forma óptima y con los últimos avances en el sector.

Conclusiones

Un buen director tecnológico ha de conocer el sector tecnológico tanto como el negocio para el que trabaja y debe actuar como integrador de ambos mundos con el objetivo de aumentar la competitividad de la empresa.